Con motivo de cumplirse los 10 años de la certificación Best Place to Live, presentamos este video testimonial para adentrarnos en las circunstancias que motivó el nacimiento de la que se convertiría en la primera certificación inmobiliaria en la que los clientes inmobiliarios son quienes evalúan a las empresas en las que compran o arriendan.
Un sello para reconocer a las empresas con clientes felices.
Según índices del estudio “Perspectivas de la compra inmobiliaria en Chile al 2º semestre 2022”, desarrollado por #tga, una de cada dos personas que están en búsqueda de una vivienda, se sienten poco preparadas e informadas para tomar una buena decisión.
Sabemos que comprar una vivienda es un paso muy importante en la vida de las personas. Para muchos es un sueño, una meta a cumplir llena de ilusiones, alegrías y proyectos. Por lo mismo, el impacto de vivir una buena experiencia con el producto y servicio recibido, es clave en la calidad de vida de la gente.
“Personalmente y como hijo mayor, me tocó vivir hace casi 15 años, cómo la entrega de una vivienda tensionó la relación de mis padres, llenó el ambiente de frustración y peleas, siendo que el objetivo principal al momento de comprar era tan distinto… Esa casa implicaba el sueño de una familia en crecimiento, un proyecto a largo plazo cargado de ilusiones. Pero una mala experiencia, puede ver truncada esa ilusión y convertir el sueño de la casa propia en un verdadero drama”, cuenta Tomás Cartagena.
Esa situación se convirtió en el puntapié inicial para un proyecto grande e innovador que transformaría el modo en que las inmobiliarias se relacionan y escuchan a sus clientes.
“Esa mala experiencia me llevó a estudiar si esto mismo, sentir su confianza hecha añicos, le estaba ocurriendo a otras personas que compraban una vivienda y las conclusiones, me trajeron aquí” agregó el fundador de Best Place to Live.
Mientras la satisfacción del cliente se encontraba en auge en segmentos como la gastronomía y la hotelería, gracias a páginas que recopilan la puntuación y experiencia de miles de clientes, el sector de la construcción continuaba sin referencias claras.
“Ese fue el problema del que nos enamoramos en Best Place to Live y cuya solución, nos ha permitido entregar mayor transparencia a los mercados, democratizar la excelencia y ayudar a mejorar la calidad de vida de miles de personas que anualmente compran o arriendan una vivienda”, explicó.
Por su parte, Victor Paredes, Gerente de tecnología de #tga comentó que para lograr impactar positivamente al mayor número de personas y en más países, Best Place to Live invirtió en tecnología, “desarrollando plataformas que nos permiten conectar de mejor forma con las personas. Así podemos canalizar los miles de feedbacks que recibimos anualmente de personas reales que compran o arriendan una vivienda y comparten con nosotros su experiencia completa desde que comenzaron la búsqueda hasta 6 meses ya habitando la vivienda. Toda esta experiencia sistematizada, nos permite construir índices, que ayudan a conocer el comportamiento de las empresas en los países”.
Con el nacimiento de Best Place to Live, las personas pueden reconocer a través del sello de calidad de la certificación a las empresas que entregan un servicio y producto de calidad, que hace que sus clientes estén felices con su decisión.
La certificación no solo beneficia a los consumidores trayendo claridad, también beneficia a la industria inmobiliaria aportándole datos y contribuyendo a la mejora de procesos. “ Se trata de canalizar oportunidades de mejora a las organizaciones que realmente están interesadas en lograr relaciones exitosas y duraderas con sus clientes”.
Best Place to Live es la certificación de calidad basada en satisfacción de clientes con mayor trayectoria y confianza. En estos 10 años, estamos felices de contar con más de 50 desarrolladores inmobiliarios certificados en diferentes países de América y creciendo de manera importante en la región, posicionándonos como un importante símbolo de confianza y garantía para personas como tú, que están en la búsqueda de su hogar o inversión. Y todo, a partir de una mala experiencia con la compra de una vivienda familiar.