Al momento de comprar tu nueva vivienda, debes tener claro que hay algunos trámites que lamentablemente no se pueden evitar, entre ellos, ir a la Notaría. Sin embargo, es importante que antes de ir a sacar un número de atención, tengas todo lo demás listo y al día para que no pierdas tu tiempo y evites cualquier inconveniente.
Entonces, la primera tarea que debes tener lista es la tasación de tu nueva vivienda. Esto es el valor comercial de la propiedad, determinado por un profesional, como un arquitecto.
Luego, debes validar que los títulos de dominio estén vigentes mediante un estudio que debe siempre realizar un abogado, o el banco en caso que pidas un crédito hipotecario. Así podrás estar tranquilo sobre quién es el real dueño de la propiedad que quieres. Una vez que los tengas en tu poder, el abogado o el banco, es el encargado de crear la escritura de la vivienda que vas a comprar.
Si ya estás listo con esos trámites, y tienes los ahorros suficientes para pagar el pie -esto es lo primero. Ideal que sea cerca del 20% de la propiedad, así el hipotecario será más bajo- y ya tienes el crédito aprobado, es hora de ir a la Notaría. Allí, podrás firmar la escritura la que quedará lista para enviar al Conservador de Bienes Raíces, el que finalmente te entregará el título de dominio de tu nuevo hogar.
Si tienes dudas, siempre es aconsejable que te puedas asesorar por especialistas en esta área, lo que te librará de tener que volver a ir a la Notaría y repetir todo el proceso.